10 de mayo de 2011

"Biggles. Ases del aire. La escuadrilla de los Camel"


Reconozco que hasta que hace unos días cuando me topé con el libro, lo compré y me lo leí, no tenía la menor idea de que existiese este autor y la saga de novelas. Fue ver la portada y quedarme un poco a cuadros, ciertamente sorprendido, pues lo último que esperaba encontrar era una novela actual sobre aviones de combate de la Gran Guerra. Seamos sinceros, novela histórica sobre la Segunda Guerra Mundial hay a mansalva, pero sobre el conflicto mundial anterior no podemos decir, ni mucho menos, lo mismo. Tomé el libro en mis manos y corrí a ojear su contraportada para informarme sobre un libro que, pusiese lo que pusiese ya sabía que iba a salir de allí con él. Está la cosa como para prescindir de lo poco que se escribe sobre este tema... Fue entonces cuando me llevé sorpresa doble, de una parte no se trataba de una novela actual sino que data de los años 30, del otro que no es novela única sino que forma parte de una serie con el mismo protagonista ¿será pues el primero de muchos otros? Supongo que todo dependerá de las ventas, pero vayamos por partes. 


Lo primero que me gustó fue que la novela fue escrita en 1932, lo que le daba una proximidad cronológica a la Gran Guerra suficientemente importante como para que las referencias a los aviones y las experiencias en el combate aéreo fuesen realistas y sin aditivos de décadas posteriores, enturbiados por conflictos posteriores y la propia evolución tecnológica y lingüística de la vida. Uno podría pensar que esa misma virtud podría ser un gran inconveniente, pues mientras que hoy en día cualquier ciudadano de a pie tiene acceso a completa y exahustiva información sobre casi cualquier aspecto militar actual y pasado, para 1932 no cualquier persona, por muy novelista e investigador que fuese, tenía por qué saber sobre aviones, guerra aérea y vida en el frente. Perfectamente podría haber mucho de inventado para cubrir carencias y desconocimientos. No existe esa posibilidad pues en la contraportada se nos deja claro que el autor, William Earl Johns, fue piloto militar durante y posteriormente a la Gran guerra, hasta 1927, incluso en la portada se refieren a él como Capitán W.E. Johns. Dicha graduación, como luego averigüé, no es correcta, pero el que fuese piloto de combate es en sí mismo una garantía de que la persona que escribe ha participado y conoce bien eso de lo que habla en sus escritos. No cabía en mí de gozo. 

Hay que especificar que Biggles. Ases del aire es el nombre de la saga y que La escuadrilla de los Camel es el título de esta, esperemos que, primera novela. Lo de Biggles viene porque el hilo conductor de todas las novelas es su protagonista, el capitán James Bigglesworth, cuyas aventuras comenzarían como tierno adolescente en 1917 y concluirían, tras 96 libros (sí, noventa y seis), tras la Segunda Guerra Mundial.  Parece ser que el británico W.E. Johns sí que fue piloto aliado, algo demostrado, con lo que tuvo su adiestramiento por breve y escueto que fuese ya para el final de la contienda, así como su experiencia de guerra. No obstante, él mismo ya deja claro en la introducción de la novela, fue poco tiempo. Estuvo sirviendo durante toda la contienda pero en infantería y en el frente oriental, concretamente en los Balcanes llegando a participar en el fiasco aliado de Gallipoli. No es hasta finales de 1917 cuando aprende a volar e incluso se le da una plaza como instructor de vuelo en una base del norte de Inglaterra. En el verano de 1918 lo largan para el frente occidental pilotando DH4 tras una no demasiado exitosa labor como instructor en la que protagonizó varios accidentes. A las seis semanas su aparato es derribado falleciendo su artillero pero logrando él atterrizar para ser hecho prisionero. Mucho bajage no parece pero tampoco podemos negarle que fuese piloto, que combatiese en el frente occidental y que adquiriese conocimientos sobre la vida de los pilotos, las instalaciones, los aviones, las anécdotas que se contaban entre ellos, etc. De hecho, comienza el libro justificándose como tal y relatando varias anécdotas, no protagonizadas por él, para transmitir al lector los riesgos y la caballerosidad de la lucha en los cielos. Permaneció recluído hasta el final de la guerra que, por suerte para él, no iba a tardar en producirse.


El libro ha salido en cartoné, el cual tratándose de Edhasa no suele ser malo. Cuenta con 253 páginas de las que las diez iniciales son la mencionada introducción histórica para quedar el resto organizadas en 17 capítulos. Quién espere encontrar en La escuadrilla de los Camel una novela histórica se equivoca de parte a parte. Es lo que el autor quiso que fuese, una novela juvenil de aventuras. Se busca, ante todo, entretener y transmitir las correrías del protagonista batiéndose el acero en los cielos del frente occidental. No hay referencias técnicas ni los personajes evolucionan psicológicamente. De hecho los capítulos podrían perfectamente tener distintos protagonistas sin que la obra se resintiese pues cada uno de ellos es independiente del resto, no se trata de una historia argumental con planteamiento, nudo y desenlace; sino una suma de aventuras de joven capitán Biggles. Es cierto que hay compañeros suyos que se repiten, el escuadrón 197º es siempre el mismo así como sus aparatos Sopwith Camel, pero salvo eso no es una novela como tal. Me pareció leer por alguna parte que en origen se vendía en entregas semanales, con lo que eso podría explicar perfectamente el por qué de este formato, pero no estoy seguro de si fue así. Biggles es un héroe, para eso es una novela de aventuras, pilota más que bien y es capaz de llevar a cabo las misiones más arriesgadas, además de idear los planes más temerarios con tal de cazar a sus enemigos vengando a los compañeros caídos. Eso puede chocarnos de inicio pero si, como digo, tenemos siempre presente que es una saga de aventuras con las dosis justas de realismo histórico y altas partes de inventiva propia de las series aventureras tan estiladas por entonces; evitaremos decepciones innecesarias. Los capitulos, por lo demás, son bastante breves y completos. La media es de catorce-quince páginas por capítulo y comienzan, se desarrollan (lo que puede desarrollarse una historia contada en quince páginas) y concluyen. 

Me da que Johns no pensaba que fuese a salirle bien el escribir porque el libro nos cuenta esas aventuras hasta que llega el armisticio, con lo que entiendo debió ser ideado como obra única. Debió ser el éxito que tuvo lo que le animó a recuperar la figura de Biggles generando para él nuevas aventuras. Esa debe ser la razón que lo fue llevando a distintas partes del paneta y lo hizo protagonizar las más increíbles aventuras. Un simple vistazo a las portadas de los libros de la serie permite comprobarlo. En alguno se le ve incluso luchando contra un cangrejo gigante... Por supuesto y por todo lo dicho, su lectura no es comparable a la que se hace de Las águilas azules de Hunter, por citar un ejemplo (novela que tendrá su propia entrada como no podía ser de otro modo, todo a su tiempo), pero bueno, al menos por lo leído en este La escuadrilla de los Camel podemos decir que es bastante correcto, limitándose a aventuras, sí, pero creíbles para lo que sucedió en la guerra aérea de 1917-1918. Yo al menos me lo he pasado bien leyendo el libro y confío en que Edhasa saque nuevas entregas de la saga. No está el panorama editorial de la Gran Guerra tan holgado en general ni la guerra en el aire en particular como para permitirnos ser demasiado exigentes con algo que desde su misma concepción no pretendía sino hacer lo que hace, entretener y sacarnos una sonrisa.

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